TRIBUS URBANAS


El fenómeno de las tribus urbanas es algo relativamente nuevo. Estas surgen como forma contestataria a las normas y formas de vivir que se manejan en nuestra sociedad. Los jóvenes del siglo XXI son tan diversos en su forma de expresarse, de sentir,  de pensar y de organizarse, que  se han visto  la necesidad de buscar pares afines que compartan sus mismos gustos, valores e inquietudes, y es, de esta manera, que se forman las llamadas “Tribus Urbanas” como una especie de alternativa a una sociedad organizada que muchas veces  no da cabida a los jóvenes por el simple hecho de serlo.

Las Tribus Urbanas constituyen una especie de subcultura urbana donde los jóvenes pueden llegar a desenvolverse y desarrollarse sin tener miedo a la censura o al control social; constituyen micro sociedades dentro de la sociedad misma.

La juventud actual por el hecho de agruparse y desenvolverse en espacios alternativos muchas veces es tildada de ausente o ajena a la problemática social existente. No son pocos los que han tachado a la juventud emergente como indolente, indiferentes y marcadamente alejados de los movimientos juveniles de los años 60,  desconociendo el aporte cultural, ideológico y hasta espiritual que de menara casi silenciosa nos dejan las Tribus Urbanas.

Las Tribus Urbanas no se expresan como  los movimientos juveniles de los años 60 con manifestaciones masivas en contra del sistema establecido, no hacen huelgas ni lanzan bombas molotov, viven prácticamente en el ciberespacio, prefieren desarrollar expresiones culturales alternativas que siguen siendo contestarías, pero a su modo; muchas veces utilizan  el silencio  como forma de protesta. Los jóvenes,  al no  encontrar cariño y aceptación  en su seno familiar y cabida en la sociedad  en general, buscan  crear sus propios espacios de crecimiento y desarrollo.  En este sentido, las Tribus Urbanas, más que un grupo de amigos que comparten algún gusto o ideología en particular, se convierten en verdaderas  familias, donde los jóvenes se desarrollan tanto sentimental como socialmente.

La pandemia del COVID 19  ha dificultado las reuniones presenciales de estos grupos o tribus urbanas, pero no por ello han dejado de comunicarse, simplemente han cambiando las calles de la ciudad por las autopistas digitales. El impacto de la pandemia no ha calado mucho en sus reuniones o encuentros.  El encierro no es el problema, lo complicado radica en que muchos de estos jóvenes siguen sin encontrar “su espacio” en una sociedad dominada por  adultos, que en su percepción autorreferencial no ven el increíble potencial que tienen los jóvenes. Al final son ellos los que salen a las calles a exigir sus derechos, son ellos los que defienden a la flora y fauna, son ellos los que reflexionan sobre la importancia del cuidado del medio ambiente, son ellos los que rezan –quizás de manera distinta-   y se acercan a lo trascendente.

Si tan solo los baby boomers y los millenians comenzaran a escuchar a los jóvenes se llevarían una gran sorpresa, pues son ellos los que a pesar de sus diferencias  pueden llegar a unirse por una causa común. Tampoco se debe olvidar el aporte financiero que generan, el fenómeno económico que nace del emprendimiento es marca registrada de los jóvenes generando ideas, empleos, crecimiento y progreso.

 

"No dejes que te critiquen por ser joven. Trata de ser el modelo de los creyentes por tu manera de hablar, tu conducta, tu caridad, tu fe y tu vida irreprochable". (1º Carta a Timoteo, 12).

Marce Miranda Loayza

Articulo publicado originalmente el 19 de agosto de 2021 en el Matutino El Diario

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