La entrada del carnaval de Oruro
es sin duda una de las más hermosas a nivel mundial, no por nada a sido
declarada patrimonio oral e intangible de la humanidad, para muchos el plus que
reviste de belleza a esta entrada es su carácter devocional, miles de
bailarines llegan a presentar su amor y devoción a la Virgen de la Candelaria , más
conocida como la VIRGEN DEL
SOCAVÓN.
Lamentablemente en este ultimo
carnaval Oruro se vistió de luto, una pasarela construida solo para la ocasión
colapso, con el saldo trágico de 5 fallecidos y 94 heridos, luego de este
luctuoso hecho los danzarines decidieron seguir bailando argumentando que se debería
tener respeto por Virgen y que por ende no se podía parar la entrada folclórica
que se estaba desarrollando por las calles de Oruro y es que al carnaval nadie
lo puede parar, ni siquiera 5 muertos.
A simple vista uno podría
argumentar cierta indolencia por parte de los organizadores del carnaval
orureño, pero los motivos para la
NO suspensión de la entrada van mucho más allá, yo mismo
baile muchos años en distintas fraternidades, por eso se de primera mano lo que
a continuación describo.
Las fraternidades folclóricas que
participan en la entrada “devocional” del carnaval de Oruro son una especie de
mini sociedades de carácter elitista, es decir, para poder bailar en las
fraternidades de renombre se necesita no solo “buena platita” sino también
tener cierto aspecto físico que vaya acorde con la presencia de la fraternidad,
dependiendo del grupo al cual se quiera ingresar a bailar las cuotas de admisión
varían desde los 250 bolivianos hasta los 300 dólares americanos (si no es
más), la mayoría de este dinero libre de impuestos se va directamente a la Asociación de Conjuntos
Folclóricos de Oruro, la todo poderosa ACFO, esta asociación es la que
prácticamente controla y organiza todo lo referente al carnaval orureño, hace
un par de años el Ministerio de Culturas quiso participar en la organización de
dicha entrada, la respuesta por parte de la ACFO no se dejo esperar y fue un rotundo NO y es
que a estos señores no les interesa que nadie los controle o fiscalice.
Como dije formar parte de una de
estas fraternidades es entrar a mini sociedades elitistas donde la pinta y el dinero
juegan un papel importantísimo, pero formar parte de la ACFO ya es otra cosa, la
enorme cantidad de dinero que entra a las arcas de esta asociación hace que
muchos “fraternos devotos” hayan hecho de esta actividad su forma y medio de
vida, una simple investigación develaría que muchos de los miembros de la ACFO poseen “humildes
casitas” en distintos lugares del país.
La presidencia de la ACFO esta hace un par de
décadas en manos de una afamada fraternidad de caporales con filiales en
distintas ciudades del país, si quieren saber cual es, pues es simple, fue la
primera en meterle nomas al baile luego del accidente del pasado sábado de
carnaval, ¿pero porque seguir bailando despues de tremendo desastre?, la
respuesta es simple, el dinero.
La poderosa ACFO no solo recibe
buena platita de las cuotitas libres de impuestos de los “devotos”, una afamada
empresa cervecera compra la exclusividad de todo el carnaval por una suma que
no baja del medio millón de dólares,
pero no lo hace con dinero en
efectivo, lo paga con la bebida
“espirituosa” en cuestión, es así que tenemos miles de latas y botellas de
cerveza en las calles orureñas que son comercializadas íntegramente a favor de la ACFO , de esta manera el medio
millón se duplica o hasta se triplica fácilmente, los “fraternos bailarines
devotos de la Mamita
del Socavón” ni cuenta se dan, solo
disfrutan de la cervecita gratis que les cae en sus fiestitas y los que se dan
cuenta de este menudo negocio simplemente quieren participar, hace 20 años un
grupo famoso de caporales comandados por un ex prefecto corrupto y mañudo quiso
participar de las jugosas ganancias del carnaval orureño, le cerraron las
puertas en la cara y decidió organizar su “entradita” en La Paz , así nació el Jiska Anata paceño, por la plata
nomas.
Otra fuente de ingreso obviamente
libre de impuestos a favor de los “devotos” de la ACFO es la comercialización
de asientos para observar la entrada folclórica, los precios van desde los 150
hasta los 1.500 bolivianos, para poder vender estos “puestos” se paga una
especie de impuestos a la ACFO ,
los altos precios hacen que inclusive los mismos orureños se vean impedidos de
observar su propio carnaval, como vemos por todo lado les llega platita a los
“fieles” de la Mamita
del Socavón.
Por todo esto dejar de bailar en
la entrada “devocional” del carnaval de Oruro resultaba prácticamente
imposible, la cerveza se tiene que vender y no se vende si no se baila, si no
hay espectáculo, la plata de los asientos no se puede devolver, por eso el show
debe continuar y el carnaval de Oruro es eso, un espectáculo y un negocio.
¿Pero porque los fraternos
decidieron bailar?, es simple, las mini sociedades que conforman las fraternidades
no se mueven por FE, uno NO entra a bailar en Oruro por devoción, lo hace por
la pinta, por las ganas de bailar, por el espectáculo que se da, obviamente no
se puede generalizar esto, pues existen muchas personas con una FE que va más
allá del show y baila efectivamente por devoción de la Virgen del Socavón, pero
por lo visto este sábado de carnaval, estos son cada vez menos, como dije
bailar en Oruro es una cuestión de pinta y de estatus, prueba de ello es que
siguieron con el baile luego del desplome de la pasarela, mostrando sus galas a
todos, menos a la Virgen
por la cual dicen bailar.
Ahora bien la industria hotelera
orureña es incipiente, las calles no son aptas para un acontecimiento de la
magnitud del carnaval de Oruro, las graderías son inseguras, no existe un plan
de contingencia para afrontar cualquier imprevisto como el ocurrido el sábado
pasado, los hospitales y clínicas no tienen los suficientes medios para una
atención adecuada en caso de emergencias, y esto no puede seguir así, la enorme
cantidad de dinero que ingresa por concepto del carnaval debe ser fiscalizado,
distribuido e invertido en Oruro y no en
las casitas de los “fraternos devotos”, un espacio exclusivo para la entrada
carnavalera se hace urgente y necesaria, para ello es necesario invertir y
fiscalizar.
Por lo visto por la plata baila
el mono y si es por oro con dueño y todo.