OBSERVAR Y REFLEXIONAR
La observación de un hecho sea cual sea no tiene implícito un juicio de valor, el observar genera preguntas las cuales pueden o no ser resueltas en concordancia con la idea principal, dando con ello lugar a una reflexión e interacción, en cambio el juicio de valor ya sentencia el hecho sea de manera positiva o negativa, no da lugar a la pregunta o a la reflexión, es cerrada y muchas veces radical. Observar la realidad tiene que ser sin duda alguna la antesala de una reflexión profunda y sustancial, en siglos pasados la observación podía durar años sin ningún problema, esto ha cambiado radicalmente con la llegada del siglo XXI y la era tecnológica, los hechos van cambiando día a día por ende la observación y la reflexión ya no pueden ir separadas, ya que se corre el riesgo de que esta ya no tenga valor o que simplemente llegue a destiempo. La inmediatez de la información genera opinión inmediata la cual viene de la mano de juicios de valor los cuales son vertidos