Bolivia es un país rico en
cultura y tradiciones, una mezcla hermosa entre creencias ancestrales propias
de las culturas precolombinas y el cristianismo traído por los conquistadores
españoles, siglos de imposiciones, mezclas e imbricaciones dieron como
resultado un sincretismo religioso el cual se manifiesta diariamente en el
vivir del boliviano común, son expresiones de una religiosidad popular
fuertemente arraigadas en el sentir de las personas en toda Bolivia.
Con el pasar de los años estas
manifestaciones de Fe y Devoción fueron mutando, cambiando, lastimosamente en
muchos casos alejándose radicalmente tanto de las creencias precolombinas como
del cristianismo, el folclore y la devoción
se encuentran unidas en una especie de sociedad no para acercar al devoto hacia la
divinidad o la trascendencia sino más bien para conformar una alianza extremadamente lucrativa la cual
genera miles de dólares libres de impuestos a favor de los llamados “devotos”.
En Bolivia existen literalmente
miles de entradas folclóricas ligadas a alguna iconografía religiosa, desde
advocaciones a la virgen, pasando por los diferentes apóstoles hasta llegar a
las distintas figuras que se tiene sobre Jesucristo, cada una de estas entradas
grandes o pequeñas se encuentra auspiciada por alguna de las grandes empresas
cerveceras de Bolivia, logrando así un lucrativo negocio tanto para las
distintas cerveceras como para los “devotos”, lo cual a llevado a la
cultura, fe y a la devoción a un segundo plano ya que lo que prima es el
consumo de bebidas alcohólicas con todo lo que esto conlleva, peleas, asaltos,
violaciones, asesinatos, etc., cada entrada folclórica ligada a alguna figura
religiosa termina en una “divina”
borrachera.
La ostentación de poder y de
recursos económicos se constituye en otro fenómeno de la cultura religiosa
popular, mientras más sea la suntuosidad de las llamadas “fraternidades” más
reconocimiento y elogio reciben, y no hablo solo de la entrada folclórica en
si, esto va desde su preparación en ensayos, fiestas, invitaciones, trajes,
etc., de esta forma vemos fácilmente artistas de la talla de Bronco o Ana Bárbara
entre otros cantando de forma exclusiva para distintas fraternidades en sus
fiestas o ensayos, mientas más se gaste y se demuestre un poder económico
ostensible mucho mejor, de esta forma se gastan millones de dólares en algunas entradas como ser la de JESÚS DEL
GRAN PODER donde la FE
y la DEVOCIÓN pasan a ser una excusa para ostentar poder y dinero y para generar
riquezas libres de impuestos.
Pero la FE y la DEVOCIÓN en Bolivia no
solo se demuestran mediante bailes folclóricos en fiestas patronales, también
existen varias peregrinaciones religiosas, se realizan caminatas inclusive de
días para cumplir promesas o pedir favores a determinadas iconografías
religiosas, la mayoría de estas advocaciones de María, la Madre de Jesús, las más
importantes son ya una tradición religiosa boliviana, familias enteras
emprenden caminata hacia los distintos santuarios en el país, inclusive llega
gente del exterior para hacer dichas peregrinaciones, en estas manifestaciones
religiosas nos encontramos con una simbiosis de religión, turismo y
lastimosamente también el consumo de bebidas alcohólicas, en menor grado si, pero pareciera que nuestra
fe muchas veces es vencida por el alcohol.
Como vemos la Fe y la Devoción en Bolivia ha
ido trasformándose con el paso del tiempo, en muchos casos alejándose tanto de
tradiciones y costumbres ancestrales como del cristianismo, me atrevería a
decir que muchas de estas manifestaciones van más ligadas a una cultura
esotérica donde el poder y el dinero son las máximas a conseguir.
Punto aparte merece el
tratamiento del excesivo consumo de alcohol en fiestas religiosas, una sociedad
alcoholizada es fácil de controlar, engañar y estafar, emborracharse no es
religión, es simple estupidez.