Para defender la FE muchas veces
es preciso aprender a callar, no dejarse llevar por la intolerancia o por las
corrientes de pensamiento humano, es difícil guardar silencio cuando todo el
mundo grita y grita sin respetar derechos ni posiciones, es fácil confrontar y
es muy difícil callar.
La FE del silencio muchas veces
puede llegar a ser más eficaz que aquella que sale a pelear a las calles por la
defensa de la FE, en este sentido es bueno consultar a la fuente primaria de lo que se dice defender, existe un tiempo para cada cosa, señala La Palabra, a veces la FE nos
obliga a denunciar injusticias y atropellos y otras veces nos invita a callar, reflexionar y a orar, no se puede llegar a hablar del
Evangelio y sus enseñanzas sin oración y sin preparación.
Juan Bautista vivió y guardo
silencio en lugares desérticos hasta que fuese el momento oportuno, una de las características
esenciales de la FE es justamente eso, la espera y la paciencia.
También es necesario aprender a
escuchar al otro, al que no concuerda con nuestras ideas, es preciso respetarlo
y entenderlo aunque no comulgue con nuestra Fe y si aun así recibes insultos,
guarda silencio.
Tampoco te dejes llevar por las
corrientes del mundo, el relativismo puede llegar a cegar la verdad, por una simple razón, es
más fácil de seguir, es más sencillo de aceptar, e incluso es mucho más fácil de
compartir, el relativismo puede hacer que ganes algunos “likes” en las redes sociales, pero puede hacerte perder tu lugar
en la vida eterna.
Calla, sonríe, si vas a hablar
que sea con propiedad, en oración y con mucha preparación, pero también recuerda
que DIOS se manifiesta en las cosas sencillas, en los milagros diarios que la
sociedad se empeña en menospreciarlos, aprende a mirar más allá de lo común,
escucha en el silencio la Palabra de Dios, tal vez EL quiera algo distinto de
ti.
Marce Miranda Loayza