El ser humano desde sus inicios ha buscado la manera de comunicarse con lo divino y trascendente, en razón de ello las primeras experiencias religiosas o místicas se dieron mucho antes de la aparición inclusive del lenguaje, los hombres del pasado veían en el sol, las estrellas, el rayo y en los animales manifestaciones de lo divino, junto con la aparición del lenguaje también nacieron las palabras cultuales, es decir hicieron su aparición las primeras oraciones hacia la divinidad, estas llevaban intrínsecamente un sentido de sometimiento, temor hacia sus deidades, acompañadas de sacrificios de todo tipo.
Con la aparición del monoteísmo, el culto y la oración empezaron a tener una notable importancia en las sociedades, poco a poco la religión y la fe se convirtieron en el pilar fundamental del diario convivir, formando teocracias constituidas alrededor del culto y la divinidad.
El cristianismo occidental al ser más reflexivo (San Agustín, Santo Tomas de Aquino, Santa Teresa de Jesús, etc.) ve en el uso de la razón un requisito indispensable no solo para entender la voluntad divina, sino también para llegar a vivir la Fe en plenitud, en ese sentido el miedo y el sometimiento poco a poco fueron suplantados por la misericordia y el amor.
El cristianismo occidental al ser más reflexivo (San Agustín, Santo Tomas de Aquino, Santa Teresa de Jesús, etc.) ve en el uso de la razón un requisito indispensable no solo para entender la voluntad divina, sino también para llegar a vivir la Fe en plenitud, en ese sentido el miedo y el sometimiento poco a poco fueron suplantados por la misericordia y el amor.
Con la aparición del Marxismo el culto y la fe fueron tachadas de "adormecedoras", al ser este sistema político totalitario y absolutista no podía concebir una afiliación hacia la Fe de manera libre, pues para el marxismo la libertad siempre tiene que estar supeditada a la voluntad del líder, es decir se suplanta la supuesta fe que adormece las conciencias de los pueblos por “ideas adormecedoras”, llenas de promesas mesiánicas, se diviniza el "sistema" y se sataniza la libertad de fe y conciencia, por consiguiente la Fe cristiana (en especial la católica) es perseguida.
Las ideas adormecedoras han jugado un papel nefasto en la historia de la humanidad, pues han ayudado a crear falsas esperanzas con el solo fin de callar y adormecer la conciencia de los pueblos, sometiéndolos a regímenes totalitarios y absolutistas, carcomiendo su voluntad y sumándolos a la miseria, claro ejemplo de ello es la famosa “ revolución cubana” o la llamada “revolución bolivariana”.
El Marxismo Cultural ve en la Fe y la Iglesia elementos de oposición hacia sus ideas totalitarias, por ende son atacadas con toda la verborrea posible, pues la Iglesia Católica siempre sera vista como el enemigo cultural a vencer, no por la Fe en Cristo, sino por sus preceptos éticos, morales, sociales que lleva consigo.
Es necesario recordar que las ultimas dos décadas del llamado socialismo del siglo 21 han resultado terriblemente adormecedoras para los pueblos latinoamericanos, la idea falsa de un ESTADO PROTECTOR Y REGULADOR a terminado en todos los casos en regímenes absolutistas y altamente corruptibles, de ahí nace su necesidad de adormecer la conciencia de los pueblos con bonos, regalos y discursos de odio, ya que con ello facilita la ambición desmedida de poder de los abanderados del socialismo.
El maniqueísmo exacerbado de los regímenes socialistas tratan de construir un imaginario donde todas las ideas contrarias a este tipo de modelos son simplemente enemigos del pueblo, en esa obsesión casi esquizofrenica el socialismo ve como al enemigo a vencer al catolicismo, pues saben bien que lejos de ser el "opio del pueblo" la Fe y la religión son el motor de esperanza del corazón humano, al sacar esta esperanza solo queda los espejismos de bonanza típicos de estas formas de gobierno.
La oración es fuente de esperanza y de calma, quitar esto del centro del corazón humano lo convierte en presa fácil para ser adoctrinado y manipulado por discursos maniqueos llenos de odio y división.
Es preferible mil veces abandonarse a DIOS que dejarse encandilar por mentiras de bonanza y prosperidad que solo traen consigo miseria y dolor.
Marce Miranda Loaya
El maniqueísmo exacerbado de los regímenes socialistas tratan de construir un imaginario donde todas las ideas contrarias a este tipo de modelos son simplemente enemigos del pueblo, en esa obsesión casi esquizofrenica el socialismo ve como al enemigo a vencer al catolicismo, pues saben bien que lejos de ser el "opio del pueblo" la Fe y la religión son el motor de esperanza del corazón humano, al sacar esta esperanza solo queda los espejismos de bonanza típicos de estas formas de gobierno.
La oración es fuente de esperanza y de calma, quitar esto del centro del corazón humano lo convierte en presa fácil para ser adoctrinado y manipulado por discursos maniqueos llenos de odio y división.
Es preferible mil veces abandonarse a DIOS que dejarse encandilar por mentiras de bonanza y prosperidad que solo traen consigo miseria y dolor.
Marce Miranda Loaya