EL ACTO SUBVERSIVO DE PENSAR

Enseñar no se trata de convencer o adoctrinar, se trata de hacer pensar, de que el alumno (los de ahora) absortos en las pantallas de sus celulares encuentren la suficiente curiosidad o interés de escuchar al profesor, de encontrar en sus palabras  una voz que merezca ser escuchada y reflexionada, enseñar ya no es sólo un arte, también es seducción y sobretodo entrega y pasión.

Las aulas en este nuevo siglo se han convertido en una especie de campo de batalla, donde se enfrentan por un lado ideas, pensamientos y conocimientos contra las selfies, redes sociales, youtubers y no solo eso, el profesor también tiene que pelear consigo mismo, la apatía y la rutina no dejan de atacar la voluntad del docente,  la innovación, la adecuada preparación de la clase y pasión por enseñar se ven afectadas por estos ataques, dejando como saldo en muchos de los casos clases aburridas y alumnos idiotizados.



Seguir las corrientes actuales también transforman el aula en una sala de repetición de conceptos erróneos y abusivos, el llamado Marxismo cultural a sabido introducirse hábilmente en la currícula de colegios y universidades, dando como cierto falaseas impensables como la ideología de género y todo el paquete que viene añadido a la mencionada ideología.

La idiosincrasia de los alumnos de hoy es compleja, llevan dentro un sin fin de emociones y sentimientos, viven en una constante búsqueda de reconocimiento, necesitan ser escuchados, para ello no encuentran forma más efectiva que las Redes Sociales, la duplicidad de la personalidad es resultado de ello.

Es necesario hacer énfasis en el estudio del pensamiento crítico en los jóvenes de hoy, la repetición absurda de fórmulas y teoremas solo convierten a los alumnos de hoy en simples repetidores de ideas, manipulables al extremo, sin la valentía necesaria para no caer en lo "políticamente correcto".

La educación no puede ser repetitiva, rutinaria, aburrida, sin dejarle al estudiante la opción de pensar y opinar diferente, para que con ello aprenda a no ser "políticamente correcto", manejable e influenciable, pensar para los estándares del siglo 21 se ha convertido definitivamente en un acto subversivo y peligroso.

La sociedad necesita con urgencia a nuevos pensadores, que reflexionen sobre el rumbo actual que está tomando la humanidad, que no se limiten simplemente a repetir o avalar ideas, que no sientan miedo de ir contra corriente, creo que ya es hora de pensar diferente, de no ser "políticamente correcto", de atreverse a ser diferente.

Marce Miranda Loayza


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