Con la resolución del Tribunal
Supremo Electoral que habilita la candidatura de Evo Morales y Álvaro García la
democracia en Bolivia oficialmente ha
dejado de existir, todas las instituciones llamadas a defender la democracia y
el Estado de Derecho han sido avasalladas por el partido de gobierno, generando
con ello un servilismo inaudito e inaceptable hacia Morales y su séquito, el
voto del pueblo ha dejado de tener valor democrático, se prioriza el clientelismo
y la soberbia antes que la voluntad popular, y así entre vítores y festejos la
democracia ha sido herida de muerte.
El GRAN ALCALDE (E. Morales) está
obsesionado totalmente con el poder, generando con ello
un estado de intrigas y persecuciones mediáticas, donde el que piensa diferente
es tildado de “vende patria”, el "gran inagurador" de obras vive en una eterna
campaña política que ya lleva más de una década, tratando de comprar conciencias y
obnubilar razones, por mucho tiempo logrando su objetivo de forma prebendal y
abusiva, convirtiendo con ello al país en una especie de campo de batalla,
donde la política y el abuso de poder han ido de la mano de regalos (aguinaldos,
bonos, etc.), con 12 años ejerciendo esta forma de gobernar, Morales
y su gente ya no conciben una vida fuera de esta realidad, sus vidas han sido
tocadas por la malicia del poder político, la cual corroe el alma cuando se la
ostenta por mucho tiempo.
Una salida democrática ya no es
posible, la vulneración del voto popular plasmado en el referéndum vinculante
del 21F es claro ejemplo de ello, ya no hay marcha atrás, estamos a puertas de
un cambio radical en la vida democrática en Bolivia, la instauración de una dictadura
supuestamente proletaria disfrazada de democracia esta a punto de instaurarse en nuestro país al puro estilo venezolano o
cubano.
No hay ninguna seguridad en que
el Tribunal Supremo Electoral respete el voto popular, pues ha demostrado ser
un simple avalador de los abusos de poder de Morales y su gente.
Está claro que la salida de
Morales no se dará de forma democrática, se avecinan días difíciles para
nuestro país donde callar ya no es opción…
Marce Miranda Loayza