LA ECONOMÍA DEL RECONOCIMIENTO Y LOS RETOS VIRALES

Luego de la irrupción de las redes sociales la vida en sociedad definitivamente ya no es la misma, varias generaciones se mueven en torno a estos espacios, donde encontramos la presencia de grandes marcas en diferentes rubros, artistas, música, noticias verdaderas y falsas, política, etc, etc, etc, y no solo eso, millones de jóvenes alrededor del mundo ven en estos espacios la plataforma perfecta para hacerse notar en un mundo virtual extremadamente competitivo donde se hace "de todo" para ganar un poco de reconocimiento.


Los jóvenes del siglo 21 al estar presentes en estos medios viven inmersos o por lo menos pendientes de la llamada "economía del reconocimiento", es decir que una gran parte de su actividad dentro de la Internet tiene como fin conseguir un reconocimiento llamemosle virtual, esto con el fin de salir de un anonimato muchas veces frustrante en un ámbito normal o real; la complejidad de las relaciones interpersonales tanto familiares, académicas y laborales al estar llenas de presión y competitividad hacen que el joven se sienta aislado y hasta ignorado, encontrando por ello en las redes sociales el lugar ideal para hacerse notar por lo menos en un mundo virtual.

Las redes sociales  como espacios de interacción no llevan consigo una fuerte carga reflexiva, es más, pareciera que una gran parte de su contenido tiene un carácter más impulsivo, es decir, se prioriza seguir la corriente de moda, imitar comportamientos o retos y compartir contenidos "virales" antes que la reflexión o el estudio.

La adolescencia según la neurociencia recién termina más o menos  hasta los 25 años, uno de los factores que influyen en esta nueva valoración va referida a la maduración de la corteza pre frontal donde se aloja la parte del pensamiento racional del cerebro, por ende, el adolescente o joven es "naturalmente" más impulsivo, es por ello que tienden a actuar de esta manera antes que medir las consecuencias de sus actos.

Las redes sociales premian y reconocen lo escandaloso, morboso y tonto, por ende se desenvuelven en un ámbito irreflexivo e inmediatista, el joven al ser naturalmente más impulsivo encuentra en estos espacios el lugar  perfecto para ganar reconocimiento y a la vez dar rienda suelta a sus impulsos, obviamente reflexionar sobre las posibles consecuencias de sus actos  no  entran el la categoría de "viral" o de "reto".

Es así, que en la conjunción de estos dos aspectos (adolescencia-redes sociales) altamente impulsivos nacen un sin fin de retos virales, Fake News, cyber bullying, auto lesión digital, etc., todas estas actividades virtuales tienen como común denominador una  falta alarmante de reflexión y sobre todo una necesidad imperiosa de reconocimiento, aunque con ello se denigre o calumnie a otro persona o  incluso se ponga en riesgo la propia integridad física.

Ser reconocido es imperioso en las Redes Sociales, una de las formas más repetitivas y eficaces para alcanzar estos logros son los llamados retos virales, donde el usuario no escatima en riesgos para hacer efectivo los retos y colgarlos en sus distintos espacios virtuales, lo importante es ser reconocido, lo complejo de ello es que este reconocimiento solo se extiende en lo que el reto es moda, es decir, no dura más allá de un par de semanas, para volver nuevamente al anonimato, esto hace que la realización de estos retos se conviertan en una triste necesidad de renovación de  fama y reconocimiento virtual.

Resulta extremadamente complejo tratar de racionalizar y reflexionar sobre todos los retos virales existentes, esto por la simple razón de su multiplicación irracional, cada día sale un nuevo reto con sus complejidades y riesgos. Si bien las redes sociales son inmediatistas y banales resulta URGENTE construir en estos  espacios momentos de reflexión, con un lenguaje inclusivo y atractivo para los jóvenes, creo que esto si constituye un reto no solo viral sino también VITAL.

Marce Miranda Loayza

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