El pasado 27 de julio se vivió en una parte importante de nuestro planeta uno de los eclipses lunares más largos y vistosos de los últimos años, en Europa, África, Medio Oriente, Asia Central y Australia millares de personas fueron testigos como por largos minutos la luna se "teñía de sangre", es decir se tornaba de un color rojizo debido a la conjunción de varios fenómenos astronómicos normales en este tipo de fenómenos.
En pleno siglo 21 resultada incomprensible que diversos grupos pentecostales y/o milenaristas apocalípticos vean este fenómeno natural como un signo inequívoco del fin de los tiempos, generando con ello una angustia injustificada en el ceno de sus iglesias y/o agrupaciones, obviamente sus feligreses al verse insignificantes ante tales profecías ven a sus "pastores" como a los portadores de la "palabra autorizada" para llevarlos hacia una salvación que por razones obvias no es esperanza sino solo desesperación.
El "fenómeno apocalíptico" vende y vende muy bien, libros vídeos, conferencias, etc., son parte del catálogo milenarista de grupos religiosos que se aprovechan de la naturaleza controversial de esta temática, el morbo y el miedo siempre atrapa la atención del cliente habido de conocer su futuro y su destino, por ende no resulta extraño que las ganancias de estos "profetas del fin del mundo" alcancen varios millones de dólares al año.
Los grupos o sectas apocalípticas no ven como prioridad la salvación de las almas, priorizan definitivamente la obtención de ganancias sin importar que estás sean obtenidas con engaños y mentiras, el apocalipsis es para unos pocos un negocio de "vivos", y para los que creen en ellos no es más que un camino de incertidumbre y de angustia.
El final de los tiempos es de conocimiento único de DIOS, los " pseudos profetas apocalípticos" por ende solo resultan ser mentirosos y estafadores que utilizan cualquier fenómeno natural (eclipses, terremotos, volcanes, etc.) para argumentar sus mentiras, cambian la "fecha del fin del mundo" cada tanto, al igual que el nombre del famoso "anticristo", el mencionado título ya recayó en Napoleón o Hitler, pasando por Bill Gates para llegar hasta George Soros o el mismo Vladimir Putin, todos tuvieron el "honor" de haber sido nombrados el "anticristo" o el "falso profeta", obviamente vendiendo a costa de estos personajes una frondosa bibliografía argumentando con mentiras éstos extremos.
En lo que va del siglo 21 mínimo cada dos años salen las nuevas fechas del fin del mundo, también "aparecen" las nuevas señales del fin de los tiempos y el rompimiento de los "siete sellos", unos pocos "avivados" sacan enorme rédito de esto, mientras que sus seguidores solo siguen creyendo una y otra vez en el "apocalipsis de los tontos".
Marce Miranda Loayza