OBSERVAR Y REFLEXIONAR

La observación de un hecho sea cual sea éste no tiene implícito un juicio de valor, el observar genera preguntas las cuales pueden o no ser resueltas en concordancia con la idea principal, dando con ello lugar a una reflexión e interacción,  en cambio el juicio de valor ya sentencia el hecho sea de manera positiva o negativa, no da lugar a la pregunta o a la reflexión, es cerrada y muchas veces radical.

Observar la realidad tiene que ser sin duda alguna la antesala de una reflexión profunda y sustancial, en siglos pasados la observación podía durar años sin ningún problema, esto ha cambiado radicalmente con la llegada del siglo XXI y la era tecnológica, los hechos van cambiando día a día por ende la observación y la reflexión ya no pueden ir separadas, ya que se corre el riesgo de que esta ya no tenga valor o que simplemente llegue a destiempo.

La inmediatez de la información genera opinión inmediata la cual viene de la mano de juicios de valor los cuales son vertidos de forma casi instantánea en las Redes Sociales, no hay lugar a la reflexión o a la pregunta, solo da cabida a una "dicitur ex eo", la cual basa su sentencia en simples opiniones o especulaciones.

Por todo ello la observación de un hecho debe ser preciso y corto en el tiempo, para construir una adecuada observación y reflexión  ya no se necesita aislar el hecho en si mismo, esto por la simple razón de que cualquier hecho ya está concatenado "per se" con varias realidades sociales, económicas y políticas las cuales pueden variar de un momento a otro, observar por ende no solo requiere una buena percepción de la realidad, también exige una adecuada reflexión.

La descripción del hecho requiere celeridad y puntualidad ya que se corre el riesgo de que este pueda variar o mutar en otro totalmente diferente, luego de la descripción  se pasa a la explicación, está por la celeridad de la información y su constante mutación tendría que incluir ya una reflexión, identificando conductas y a la vez señalando las posibles consecuencias de estas, es ahí donde los preceptos éticos deben ser sacados del baúl de los recuerdos para que ésta sea de real valía para la sociedad.

La observación de los hechos sociales requieren una adecuada reflexión, es decir dar luz en medio de determinadas situaciones que pudieran ser de interés social, por ende observar y reflexionar deben ir de la mano.

Los paradigmas sociales van cambiando día a día, es necesario por ello tener un adecuado acompañamiento de estos, y es que nunca antes en la historia de la humanidad fue tan necesaria una adecuada visión intelectual, ética y académica del hecho social.

Los paradigmas cambian, pero los preceptos éticos deben permanecer firmes.

Marce Miranda Loayza

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