Lo que escribo a continuación son algunas
vivencias y anécdotas acumuladas a lo largo de algunos años, para muchos parecerán
simples cuentos de terror, para otros un invento de la imaginación, pero para
mi fueron y son muy reales.
Mi primer encuentro con lo
llamado “sobrenatural” fue a mis 14 años, vivía con mi familia en
una casa en la zona de sopocachi en la ciudad de La Paz, al ser el más pequeño
pasaba mucho tiempo solo, mi hermano y mis primos al ser mayores andaban en sus
cosas, por ello estaba acostumbrado a jugar solo en casa, por aquella época
comencé a tocar la guitarra, pasaba horas aprendiendo todo lo que pudiese de aquel instrumento, una
noche a eso de las 20 horas me encontraba solo en mi cuarto, mi mama no se
encontraba en casa y tampoco mi hermano, acostumbraba a dejar mi guitarra en la
sala de la casa, estaba viendo la tele y escuchando la radio a la vez, cuando me pareció escuchar que sonaban algunas cuerdas de mi guitarra, baje el
volumen de la tele y de la radio para escuchar de donde podía venir aquel
sonido, en primera instancia creí que
era la mezcla de sonidos de la tele y la radio así que decidí apagar esta
ultima, pasaron unos 15 minutos y volví a escuchar aquel sonido, nuevamente
baje el volumen de la tele, todo estaba en silencio, antes de subir nuevamente
el volumen escuche perfectamente como alguien rasgaba las cuerdas de mi
guitarra, fui a la sala para ver quien era y no había nadie, mire mi guitarra y
vi como las cuerdas se movían solas, me asuste terriblemente, me encerré en mi
cuarto y no salí hasta que llego mi mama, le conté lo ocurrido pero no me
presto mucha atención, a partir de entonces siempre escuchaba ruidos extraños,
al caer la noche tenia miedo de andar solo por ahí, hasta temía ir al
baño, inclusive una noche de aquellas escuche claramente como una voz ronca y
tenebrosa me decía “maldito”. Al crecer paulatinamente le fui perdiendo el
miedo a la oscuridad, inclusive comencé a caminar con las luces apagadas por la casa, nunca más escuche
ruidos extraños pero aquellas experiencias hicieron que creciera en mi la curiosidad
para con lo “sobrenatural”.
En la universidad me
gustaba pasar tiempo con un sacerdote amigo que a la vez era director del
departamento de pastoral ya que la casa de estudios dependía de la iglesia
católica, una buena tarde me encontraba sentado en la pastoral haciendo hora
para entrar a clases y en eso entra el padre y me pegunta que si tenia tiempo para
acompañarlo un rato, le dije que si, en el camino me pidió que prestara
atención a todo aquello que me pareciese extraño, llegamos a una urbanización pequeña, al
entrar en la casa me sorprendió el olor nauseabundo existente, lo primero que
pensé era que aquella familia necesitaba con suma urgencia los servicios de un
buen plomero, entramos a una pequeña sala de estar donde en una silla se
encontraba sentado un muchacho de unos 18 años prácticamente abrazado a una
cruz de madera de unos 50 cms., el padre le pregunto con una voz calma que cual
era su nombre completo y que edad tenia, a lo que el chico respondió con alguna
dificultad solo su nombre de pila, en ese instante pensé que el muchacho en
cuestión tenia alguna especie de estrés por estudios o algo parecido,
nuevamente el padre le pregunto cual era su nombre y el chico respondió de
igual manera a la anterior, entonces el sacerdote le pregunto con voz firme que
cual era su verdadero nombre a lo que el joven respondió con una voz cambiada “que te importa cura mal
parido”, me asuste al ver esa reacción tan extraña del joven, el padre se
levanto y salio de la salita de estar y yo detrás de el, ya de regreso en la
oficina de pastoral el padre amigo me pregunto que cosas me habían llamado la
atención, empecé a decirle lo del olor nauseabundo impregnado en toda la casa, luego
la imposibilidad del joven de responder con coherencia su nombre y
finalmente aquel atisbo violento que tubo al final, pasaron un par de meses de
aquella experiencia, inclusive me había olvidado de aquello, me encontraba como
siempre en la pastoral universitaria y el padre me pregunta si podia acompañarlo nuevamente a la casa de aquel muchacho, mi curiosidad pudo más y
acepte, en el camino me puso al tanto de la situación, el joven en
cuestión junto con algunos “amigotes” se
habían puesto a jugar la famosa tabla de ouija
hace varios meses y a partir de aquello el joven había empezado a
cambiar su forma de actuar, de vestir y hasta de hablar, en la casa del muchacho el olor nauseabundo ya
era penetrante y hasta insoportable, el sacerdote me pidió que lo asistiera con
el Ritual Romano de Exorcismo, el rito duro unas dos horas, en medio del mismo
el joven se dirigió a mi en un par de ocasiones, en la primera dijo que me
conocía muy bien, que mi padre había renegado de mi desde el mismo momento de
mi concepción y por esa razón había decidido abandonar a mi familia, en una
segunda ocasión dijo que no se olvidaría
de mi jamás, el demonio que
atormentaba a este muchacho ya no pudo resistir más al poder de las oraciones del ritual de
exorcismo y finalmente se rindió abandonando el cuerpo del muchacho, no sin
antes revelar su nombre: Abraxas; como por arte de magia se sintió un olor
fresco a flores o rosas, el ambiente ya no se notaba pesado, DIOS había vencido
al mal una vez más.
Me di cuenta que el mal existe,
que las fuerzas malignas actúan día a día en nuestra sociedad, que la oración y
la FE en CRISTO
son nuestras únicas armas para vencerlo y que el rezo del ROSARIO santifica
nuestras almas, cuida nuestros corazones
y protege nuestros hogares.
Continuara…..