La vida es un
cúmulo de tiempos que se van dando desde su inicio hasta su fin, por ejemplo la
concepción tiene su momento al igual que la muerte, pero entre ambos extremos
existen un sin fin de tiempos y momentos que van forjando la personalidad
humana, entender esos tiempos es esencial para el ser humano, de lo
contrario no podría sobrellevar los momentos de tristeza ni apreciar los tiempos
de alegría.
Si bien el ser
humano va a experimentar momentos de tristeza y frustración de igual manera va
a tener momentos de felicidad y alegría, en ambos casos es necesario tener presente
a DIOS en la oración, en momentos de tribulación es justamente DIOS el único
que puede llegar a poner sosiego y calma al corazón humano, de lo contrario la
desesperación y la soledad serian insoportables, en cuanto a los tiempos
felices vuelve a ser DIOS quien construye en el corazón humano paz y sosiego para que no nos embriaguemos con las alegrías y victorias, lastimosamente la sociedad actual se
ha empecinado en sacar de lado a DIOS ya que este siempre incomoda, cuestiona y
da esperanza a los que no la tienen, un DIOS así en este siglo 21 no es bien
visto, no son pocos los que prefieren una humanidad sin esperanza y amor y para
ello es necesario tratar de acallar a DIOS.
En todo caso a
pesar de los múltiples obstáculos que pone la sociedad para que el ser humano
no logre acercarse a DIOS, este siempre encuentra modos de salir a nuestro
alcance como en los caminos de EMAUS; uno de esos caminos en el que EL sale a
nuestro encuentro es la
ORACIÓN , pero no la oración realizada con velas de colores
para invocar a la suerte o a los “ángeles”, hablo de la ORACIÓN hecha con amor,
entregando todo el corazón, tratando de ser sinceros, construyendo un lazo de
amor y de unión con DIOS, tanto para los buenos momentos como para los malos, es
justamente este lazo de amor entre EL CREADOR y la mujer u hombre de FE el que
genera una respuesta de la divinidad, una respuesta poderosa que construye el
camino de salvación.
En este siglo 21
medio loco en el que nos toca vivir se trata por todos los medios de minimizar
el PODER DE LA ORACIÓN ,
ya que no entra en la lógica actual, pero a pesar de ello su poder es
innegable, los milagros si existen, DIOS se sigue manifestando entre nosotros mostrándonos
su AMOR y su PODER, una persona habituada a la oración tiene indudablemente un
corazón más fuerte capaz de resistir las tentaciones efímeras que vienen con el
poder o el dinero y capaz de enfrentar los momentos de tristeza y de dolor que
vienen ligados a la soledad o al dolor, en todo caso la oración tiene el poder
para cambiar el curso de nuestras vidas, de hacernos mujeres y hombres de bien
y hasta de poner milagros en nuestro diario vivir.
Para orar hay que
abandonarse a la providencia divina, confiar en que sus designios siempre serán
los más adecuados para nosotros, pero a pesar de ello la oración es un medio
poderoso de intersección donde nosotros confiados en la Palabra de Cristo,
pedimos, llamamos y buscamos superar nuestras necesidades, mediante la oración
ponemos nuestros anhelos y esperanzas en conocimiento de DIOS para que EL en su
infinita bondad nos conceda las gracias que le pedimos, por ende no es
descabellado llegar a pensar en milagros, ya que DIOS es un DIOS de milagros,
de esperanzas, de sueños y de amor, DIOS es nuestro inicio y nuestra meta por
lo cual resulta hasta lógico afirmar que nuestra vida y nuestro camino va a
estar plagado de milagros.
La oración tiene
poder, el amor tiene poder y DIOS sigue siendo el SEÑOR de nuestras vidas,
hablemos con EL mediante la oración y construyamos nuestros milagros diarios
confiados en su AMOR
Que así sea…