LA REVELACIÓN MAXIMA DE DIOS: JESÚS


En toda la historia de la salvación siempre fue DIOS quien por voluntad propia decide revelarse al ser humano, de una u otra forma DIOS es quien sale a nuestro encuentro, solo basta recordar el pasaje de la zarza ardiente (Éxodo 3:1-4:17), o la revelación de DIOS a Abraham (Gen. 12), en todo caso el encuentro de DIOS con el ser humano se vuelve una constante en la vida de este.

La continua revelación de DIOS hacia la humanidad no es más que la manifestación de su amor incondicional hacia su criatura, es por esto que ESTE sale una y otra vez al encuentro del ser humano, a pesar de que el hombre muchas veces omita o no entienda la revelación de AMOR de DIOS.


En esa constante Jesús se convierte en la revelación máxima de DIOS, ya que al ser hijo y además parte de ESTE se vuelve tangible y comprensible para el ser humano, ya no es un ser distante, lejano, y pasa a ser un compañero, amigo y guía, DIOS se manifiesta en JESÚS y este a la vez nos muestra el verdadero rostro de DIOS, rostro que estuvo oculto tras una maraña de ritos y requisitos curiosamente impuestos por el propio hombre, razón por la cual el verdadero DIOS era inaccesible para su pueblo.

Ahora bien, la persona de JESÚS, su nacimiento y su vida pública van relacionados entre si, no se pueden separar uno del otro, ya que forman parte de una sola revelación, lastimosamente en la actualidad se separa ambas realidades, la primera llena de felicidad, regalos y luces de colores mientras que la segunda va ligada a un sufrimiento sin esperanza, de velos color negro y de tradiciones familiares, las cuales nos muestran otra vez a un DIOS todo poderoso pero a la vez inalcanzable. El nacimiento de Jesús se dio en circunstancias particulares relatadas en los evangelios, El Hijo de Dios llega a nacer en un humilde pesebre rodeado de animales, siendo los únicos que viene a reconocerlo y adorarlo los pastores del lugar y tres reyes paganos, todo el poder y la gloria del Dios Vivo se oculta tras la humildad y la fragilidad del ser humano y encima nace pobre, vive pobre y muere pobre, es decir no busca para si ni para su mensaje la magnificencia ni el poder y mucho menos el dinero, acercándonos con ello al verdadero DIOS, el cual también se esconde detrás de su amada creación.

Jesús nos acerca a un DIOS humilde, cuya única exigencia y mandato es “amar a DIOS sobre todas las cosas y al prójimo como a si mismo”, Cristo en su predica nos muestra el verdadero rostro de EL PADRE, y nos acerca al Reino de Dios, que tantas veces se les hacia esquivo, recordemos que en el siglo primero, la religión judía se regia por un sin fin de leyes y normas, las cuales terminan discriminando y oprimiendo a su propio pueblo, JESÚS cambia esta concepción, ya que ve en esto abusos de poder en nombre de DIOS, donde unos pocos se enriquecían a cuestas de la gran mayoría de la gente, fue por estas denuncias claras y concretas que finalmente llevarían a Jesús a sufrir la muerte en cruz.

El pueblo judío esperaba a un Mesías poderoso envuelto en gloria, que viniese a liberarlos de la opresión romana y de su estirpe religiosa con espada y poder, por ello no pudieron comprender como es que el que se dice a si mismo Hijo de Dios se a un pobretón nacido en Belén, dudaron del poder de la humildad y del amor, y más aun cuando este fue sentenciado a morir en Cruz, lo cual para los judíos era la peor vergüenza que pudiese existir, entonces se preguntaron ¿ como pudiese ser el Mesías prometido un condenado a muerte?, al no encontrar respuesta muchos le dieron la espalda.

La revelación máxima de DIOS que se da en JESÚS es tergiversada por el hombre, ya que este lastimosamente lo va acomodando a sus distintas necesidades inmediatas, el ser humano vuelve a esperar a un MESÍAS poderoso que baje en su caballo blanco y que con fuego y espada elimine a todos los males de nuestra sociedad, males que nosotros mismos hemos creado, violaciones a menores y mujeres, guerras, hambre, injusticia, pobreza, etc., etc., no son creaciones de DIOS, son creaciones del hombre y de su eterna ambición. DIOS no quiere ni busca la destrucción del ser humano, es este que va labrando su propio final con sus actos y decisiones.

DIOS nos dio libertad para obrar en bien o en mal, JESÚS nos enseño el camino de verdad y vida, con el poder de la humildad y del AMOR, es por ello que es el propio ser humano el que debe empezar a obrar en justicia y verdad, primero siendo responsable de sus propios actos, luego construyendo una sociedad más justa, luego destruir las barreras creadas por el propio hombre que se interponen entre DIOS y nosotros.


JESÚS es la revelación máxima de DIOS y esta revelación nos enseña a vivir en justicia, verdad y en paz, liberando a los oprimidos y derribado a los poderosos, saciando a los necesitados, JESÚS, nos mostró el camino, EL ya hizo su parte, ahora le toca al ser humano responder al mensaje de AMOR y de justicia y seguir el camino de libertad y de FE.




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