ANA Y MIA, ¿AMIGAS O ENEMIGAS?


Ana (anorexia) y Mia (bulimia), son los sobrenombres populares por los cuales se conoce a estos dos desordenes de la alimentación: Ana, es un desorden alimenticio y psicológico a la vez, esta condición va más allá del control del peso, el enfermo inicia un régimen de dietas para perder peso, hasta que esto se convierte en un símbolo de poder y control, de esta forma, el individuo llega al borde de la inanición con el objetivo de sentir dominio sobre su propio cuerpo, paradójicamente este encuentra dominado por el temor a la obesidad y al sobrepeso; y Mia es una enfermedad que se caracteriza por episodios secretos de excesiva ingestión de alimentos, seguidos por métodos inapropiados para controlar el peso, como el vómito autoinducido, el abuso de laxantes o diuréticos y la realización de ejercicios demasiado exigentes para el cuerpo. En un 70% de los casos este trastorno acompañado de anorexia (bulimarexia) y en un 30% se manifiesta como bulimia pura.

Estas dos trastornos de la alimentación, son cada vez mas frecuentes en la sociedad, afectando en su mayoría a mujeres que oscilan entre los 18 a los 24 años, estas enfermedades, emergen sin duda a partir de la segunda mitad del siglo 20, aunque tienen cierta similitud con el uso de los famosos corsés de los siglos 18 y 19, en la actualidad, existen un sin fin de centros de ayuda, para el tratamiento adecuado de estas dos trastornos de la alimentación, que lastimosamente son cada vez mas frecuentes, en especial, en los jóvenes.

Lo curioso, es que muchas veces, las personas que sufren de alguno de estos desordenes alimenticios, son sujetos de burlas y de discriminación, aislando a las personas Ana y Mia, hasta el punto en que estas, al sentirse solas, se refugian en la auto mutilación o buscan su propia autodestrucción, se critica al extremo cualquier referencia a la anorexia y a la bulimia, pero jamás se trata de comprender a las personas que sufren estos desordenes, y las circunstancias, que las empujaron hacia esos extremos.

A mi humilde entender existe en la sociedad una hipocresía generalizada sobre estos dos males, ya que por un lado, se critica, se lucha, y se hacen un sin fin de campañas para concienciar a los jóvenes sobre estos dos males, y por el otro, se vende, comercializa y promociona por todos los medios posibles, ropa, juguetes, imágenes, que tienen como esteriotipo a personas que lucen una extrema delgadez, ejemplo de ello, es la famosa muñeca Barby, la cual luce una estructura desproporcional en relación a una mujer de contextura normal, por ende se vende una imagen irreal de esta, imagen, que muchas niñas van buscando para si mismas, ya desde temprana edad, y no solo eso, de igual modo se promocionan dietas, maquinas de ejercicios, bebidas energizantes, etc., todos ellos, teniendo como imagen del producto a personas siempre delgadas, películas y series de televisión, también van por el mismo camino, ya que las actrices y los actores, en la mayoría de las veces, siempre muestran una figura bien delgada, y ni que decir de las pasarelas de moda, donde las modelos de mas renombre lucen una figura de delgadez extrema, la mayoría de ellas, con antecedentes de sufrir anorexia y bulimia, pero esto no parece importarle a la sociedad consumista en la que nos desenvolvemos, la cual venera a estas “estrellas de la farándula” que lucen esa imagen súper delgada, para muchos perfecta, y defenestran a las personas “normales” que al ser guiadas e inducidas por esta misma sociedad consumista, llegan a sufrir de anorexia y bulimia, eso para mi es hipocresía.


Ana y Mia, para muchas personas, son sus mejores amigas y aliadas, para lograr la perfección esteriotipada de nuestra sociedad, aunque en muchas ocasiones, estas mismas “amigas” llevan a la muerte a las personas que sufren de estos desordenes, por ello, hay que ser claros, la anorexia y la bulimia, no son amigas de las que las padecen, ya que destruyen, no solo la parte física, sino también psíquica , pero también hay que ser claros, en que las causas de estos dos desordenes, no son atribuibles en su totalidad a quienes las sufren, son mas bien resultado de la sociedad consumista, que tiene una imagen esteriotipada del ser humano, la misma que es inducida por un mercado de consumo, en este caso, Ana y Mia, si son buenas amigas, pero de las trasnacionales, que generan millones de dólares con las imágenes de juguetes, actrices y modelos que llevan consigo las marcas irrefutables de la anorexia y la bulimia….insisto, que hipocresía.

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