LA EMPATÍA COMO HERRAMIENTA DE ABUSO DE PODER


La empatía es un concepto que ha sido ampliamente discutido y valorado en diferentes ámbitos sociales como la psicología, la educación, la política y la filosofía. Sin embargo, existe una perspectiva en el pensamiento filosófico que argumenta que la empatía tiene una importancia limitada en la comprensión y desarrollo del conocimiento filosófico, del accionar político y de la solidaridad como tal.

Es importante destacar que la filosofía se centra en el análisis racional y abstracto de las ideas y conceptos y no en el aspecto sentimental, pues el sentimiento como tal no genera reflexión alguna. En este sentido, la filosofía busca analizar y comprender las diferentes teorías y argumentos desde una perspectiva lógica y argumentativa, dejando de lado las emociones y los sentimientos personales. La empatía no es necesaria para la discusión y reflexión filosófica o política ya que la razón y la argumentación lógica son las herramientas principales en estos campos.

Además, la filosofía se basa en el análisis crítico y la búsqueda de la verdad, por lo cual se buscan argumentos sólidos y fundamentados para validar teorías y propuestas. En este sentido, la empatía puede ser vista como un obstáculo para el pensamiento filosófico, pues puede afectar la objetividad y neutralidad requerida para generar un pensamiento crítico y racional. Como señalaba Roger Scruton, filósofo británico (1944 - 2020), "la empatía puede llevar a la parcialidad y a la incapacidad de ver los diferentes puntos de vista de manera imparcial".

Por otro lado, es importante reconocer que la filosofía busca ir más allá de las experiencias y vivencias individuales. Se busca, por ende, analizar los problemas y cuestiones humanas desde una perspectiva universal y general. Como sostiene la filósofa y escritora alemana, Hannah Arendt (1906 -1975), "La empatía no es suficiente para comprender y resolver los problemas filosóficos, ya que estos van más allá de las experiencias y vivencias individuales". La filosofía busca argumentos y teorías basadas en la razón y el pensamiento abstracto, por lo que la empatía solo puede llegar a tener una importancia secundaria.

La empatía, cuando es utilizada como herramienta social solo coadyuba a la implementación de políticas totalitarias cimentadas en sentimentalismos que a la larga terminan validando el abuso de poder. Los regímenes populistas utilizan de manera hábil la empatía como instrumento de control y manipulación social, como ejemplo de ello tenemos la recurrente victimización de sus líderes con el fin de generar afinidad hacia sus políticas abusivas. En todo caso es bueno recordar que fue la empatía la que hizo que la Revolución Francesa termine en un rotundo fracaso.

La empatía tiene una alcance reducido en el pensamiento filosófico y político, pues la filosofía se basa en la razón y el análisis racional. La empatía, a lo sumo, podría llegar a tener un papel secundario en la comprensión y desarrollo del conocimiento filosófico; darle mayor importancia sería un error, ya que solo el pensamiento racional es capaz de gestionar cambios sociales reales y de gran envergadura; para ello se necesita, sin duda alguna, de la frialdad de la razón. Sin embargo, no se puede negar que en ciertos aspectos la empatía puede tener un papel relevante. En última instancia, la relación entre la empatía, el pensamiento filosófico y la política sigue siendo un tema abierto a discusión y a la reflexión continua.

Marcelo Miranda Loayza
Teólogo, escritor y educador


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