EL MISTERIO DEL SUICIDIO


El suicidio es para muchos  un acto de valentía digno de admiración; para otros es la consumación de algún tipo de enfermedad o dolencia psicológica. También es considerado por muchos un pecado mortal contra la voluntad de Dios, pero en general el suicidio es sigue siendo un total misterio.

La temática del suicidio siempre ha sido un tema tabú, nadie quiere hablar claro del tema, si bien existen estadísticas alarmantes en nuestro país, muy pocos se adentran en la realidad del suicidio, pues solo se lo trata con la frialdad o con el morbo de la noticia. En  este pequeño ensayo voy a tratar de puntualizar cada una de las visiones con las que se ve el suicidio.
 
  • a) El acto suicida muchas veces es visto como un gesto valiente, lleno de coraje, ya que la “decisión” de acabar con la propia vida vendría a ser una de las más difíciles. La decisión del suicida es ciertamente compleja, generalmente no se da de un momento al otro, lleva su tiempo llegar a pensar en la posibilidad de quitarse la vida, por ende, puede traer consigo cierto coraje para decidir el momento y la forma de consumar este hecho. Todo este cúmulo de sentimientos y valentías pueden llegar a ser simples escapes a determinadas situaciones económicas, sociales o sentimentales a las cuales el suicida no encuentra solución. La falta de capacidad de equilibrar sentimientos y problemas con soluciones y acciones dan como resultado una visión pesimista de la propia vida,  es ahí donde la tristeza y la soledad se disfrazan de coraje y donde el miedo construye una única salida, el suicidio.
  • b) Para muchos autores la conducta suicida tiene un trasfondo psicológico, es decir, que los sujetos que intentan quitarse la vida padecen de algún tipo de dolencia psicológica, la cual se debe a diversos factores, desde desordenes químicos en el cerebro o en el sistema nervioso, hasta desordenes psicológicos o psiquiátricos.
  • c) El cristianismo en general ve al suicidio como una ofensa a la voluntad de Dios y por ende es un pecado contra la vida, inclusive hace un par de siglos atrás, las personas que fallecían a causa del suicidio no podían llegar a ser enterradas en "campo santo", debido a la ofensa cometida hacia Dios y hacia la vida.
Todas estas conceptualizaciones  sobre el suicidio han sido ampliamente investigadas en sendos libros y ensayos. Lastimosamente, en la mayoría de los casos estos conceptos se olvidan de algo fundamental: el ser humano. El ser humano (valga la redundancia) es un misterio en sí mismo y, por ende, muchos de los actos y situaciones por las que pasa a lo largo de su vida, también lo son. La vida es un misterio y la muerte también lo es. Si bien se puede llegar a tratar varios síntomas o males que pueden llegar a desembocar en conductas suicidas, muchos de estos síntomas se presentan sin explicación  alguna, es justamente en esta situación donde las preguntas de familiares y amigos aparecen, y al no encontrar una respuesta adecuada,  estas dudas van  acorralando poco a poco el corazón y la vida de familiares y amigos, de este modo el suicidio termina afectando a  todo el grupo cercano.

Si bien el suicidio es un misterio, este puede llegar a ser resuelto con una mirada de Fe al problema de fondo: la soledad. Cuando el joven no encuentra un canal adecuado  donde pueda desahogar sus sueños y frustraciones, este, inevitablemente, se encierra en sí mismo, generando un micro cosmos, donde  no sale el sol y solamente reina la oscuridad, oscuridad que no es su reflejo, sino de lo que le rodea. Esto lastimosamente se viene intensificando en nuestra sociedad, donde las redes sociales van suplantando poco a poco la sana costumbre de hablar entre amigos y familiares, ejemplo de ello es que  muchos jóvenes pueden llegar a tener miles de "seguidores" en sus Redes Sociales, pero continúan estando solos y encerrados en su cuarto.

El misterio de la soledad se puede resolver con amor, y es ahí donde fallamos todos, ya no escuchamos o no queremos escuchar, ya no hablamos o simplemente no queremos hablar y, por ende, ya no podemos llegar a amar. Por todo esto el suicidio es y seguirá siendo un misterio del cual los autores seguirán escribiendo, conceptualizando comportamientos y dolencias, pero jamás ocupándose de lo más importante que tiene el ser humano, su corazón.

Todos deberíamos sentirnos responsables por cada joven que se va sin poder hablar o expresar lo que siente, es fácil llegar a juzgar a un suicida, lo que es realmente difícil es escuchar sin criticar. El suicidio seguirá siendo un misterio para una sociedad ensimismada y egoísta donde ser diferente no tiene cabida, donde amar no esta permitido y donde tener Fe es solo para ingenuos.

 

Marce Miranda Loayza


Artículo originalmente publicado el día 29 de junio de 2021 en el matutino EL DIARIO.



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