La
marcha militar Talacocha fue compuesta a principios del Siglo XX por el Capitán
Francisco Suárez Pando. Sus notas evocan
las victorias en Yanacocha, Socabaya, Iruya, Humahuaca, Montenegro y
Paucarpata. El historiador Pablo Michel
señala que dicha marcha fue interpretada por más de cinco horas luego de la
retoma de Villamontes, sus notas acompañaban a nuestras tropas en su ingreso al
Chaco, mientras que los heridos eran aplaudidos en su retorno.
Talacocha
no es solo una marcha militar, también forma parte de nuestra historia, de
nuestros triunfos y derrotas. En sus notas
se entrelazan las recuerdos de nuestra patria, de nuestra vida republicana;
no solo son notas musicales: forma parte del alma de nuestra patria.
El
Movimiento al Socialismo y su régimen maniqueo poco a poco fue remplazando está maravillosa obra por un
bodorrio titulado "La Patria", una canción con armonías simples y
letra rebuscada cuyo único atributo fue ser compuesta por un destacado
"fan" del llamado proceso de cambio. El populismo siempre ha tenido como premisa la sustitución de
símbolos patrios para supuestamente reconstruir
la historia de los países que caen en las garras de lo absurdo.
El
remplazo de símbolos patrios y el
intento tóxico de reescribir nuestra
historia es un síntoma clásico del populismo de izquierda; la inseguridad
intelectual y la característica baja autoestima del que se ve a sí mismo como
el eterno sufriente, dan como resultado visiones fantasmagóricas de
conspiraciones, imperios y golpes.
No
solo es el remplazo de la marcha militar
Talacocha, la implementación de ponchos como parte del uniforme de gala de las
fuerzas armadas son un claro ejemplo del abuso y sumisión a la que esta siendo
sometida. La visión aymara centrista del
Movimiento al Socialismo tiene como
único objetivo remplazar nuestra historia por una versión maquillada con colores azules.
El
populismo latinoamericano siempre se ha caracterizado por tratar de acaparar
todos los poderes, no solamente el poder
político y judicial, también el poder social, y, para tal efecto, la suplantación de la
identidad de país es clave. No es coincidencia el remplazo del Escudo Nacional
por la Chakana Andina; el ideario populista necesita nuevos símbolos donde
apoyarse, aunque con ello traten de desconocer nuestra historia. Se disfraza de
inclusión y pluriculturalidad al abuso y
la imposición. Como vemos, no solo se trata de la marcha Talacocha, se trata de
nuestra historia y de nuestra identidad.
Bolivia
es un país complejo, que a lo largo de su historia ha tenido momentos gloriosos como también dolorosos,
pero de eso se trata el progreso y el desarrollo: aprender de nuestras derrotas
y potenciar nuestras victorias. Cambiar nuestra historia por una historieta mal escrita, solamente traerá
consigo división, revanchismo e ignorancia.
Marce Miranda Loayza
Artículo publicado originalmente el 7 de agosto de 2021 en el matutino El Diario