EL MOVIMIENTO PENTECOSTAL Y LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD EN AMÉRICA LATINA

El movimiento pentecostal en América Latina  ha tenido un avance significativo en los últimos  años, su presencia en el ambiente religioso dentro de nuestro continente ya no es algo extraño. Una gran parte de estos nuevos movimientos carecen de un liderazgo de alcance continental, al ser producto del denominado "Avivamiento del Espíritu Santo" sus líderes son tan diversos que resulta casi imposible rastrearlos o identificarlos como referentes religiosos fuera de su ciudad o incluso fuera de su barrio.


Uno de los principales factores para la proliferación de estos grupos es la llamada Teología de la Prosperidad, en ella, estos movimientos religiosos lograron hilvanar casi a la perfección el anhelo de superación de una buena parte de la población latinoamericana que sueña con un trabajo  debidamente remunerado o que su emprendimiento sea sostenible en el tiempo y por otro lado la Fe en un Dios de abundancia y bendición. La teología mencionada recoge estos sentimientos de superación y les da un sentido evangélico, para ellos la pobreza es sinónimo de pecado  y la mejor forma de expiarlo es ofreciendo el diezmo como forma explícita de conversión.

La radicalidad evangélica que exige la Teología de la Prosperidad es otra de sus características, mientras el creyente pentecostal viva con mayor celo su Fe, mayor es la "bendición" recibida. Esta ecuación simple entre Fe, radicalidad y prosperidad encontró en nuestro continente tierra fértil, debido principalmente a la irrupción de la llamada Teología de la Liberación  y a la famosa doctrina de los "cristianos anónimos".


La Teología de la Liberación la cual  tuvo su auge entre la décadas de los 60 y 80 basó sus principios  casi en su totalidad en la liberación de los pueblos y en especial de los pobres del yugo opresor de las dictaduras y  del "malvado" liberalismo, viendo en ambos la figura contrastante del amor cristiano, el lugar escatológico de salvación para esta corriente teológica deja de ser la Iglesia y  cede esta calidad y cualidad a la sociedad, es ahí donde la radicalidad de la Teología de la Prosperidad devuelve (por así decirlo) al creyente la Fe en la Iglesia (en este caso distinta a la católica) como lugar de salvación y encuentro con Dios.

En lo referente a de los denominados "cristianos anónimos", la reflexión es más simple, mientras que ésta requiere ser solo "buenos tipos" para llegar a ser salvos, la Teología de la Prosperidad requiere radicalidad en la Fe, radicalidad que sigue seduciendo a miles de jóvenes alrededor del continente que ven en ella el camino ideal de salvación en contraposición del relativismo "light" que ofrece la denominada doctrina de los "cristianos anónimos".

Si bien estos movimientos religiosos poseen una gran variedad de prédicas, muchas de ellas ligadas al milenarismo y a la supuesta llegada del "apocalipsis", es la Teología de la Prosperidad la que mayor rédito da, no solo en cuestión de adhesión de nuevos  feligreses, sino también en lo que refiere a  ingresos económicos.

Por el panorama mencionado las Iglesias Pentecostales en América Latina están lejos de desaparecer, ya son parte importante del quehacer religioso en el continente, y no solo eso, su irrupción en política con su mensaje conservador va a dar mucho que hablar en el ambiente político en los próximos años, de hecho ya  están dando los  primeros pasos.

Definitivamente el pentecostalismo  ha logrado cimentarse en América Latina, obligando al catolicismo a buscar espacios de diálogo con estos movimientos religiosos y a la sociedad en general a aprender a vivir entre gritos de aleluyas y avivamientos.

* El presente articulo fue publicado originalmente para el portal de formación constante de la Diocesis de Tarnow (Polonia) 

Marce Miranda Loayza

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