Si bien los medios de comunicación masivos tienen el derecho y la libertad de poner en su grilla televisiva todo tipo de contenidos según su conveniencia y recursos, los espectadores también tienen el derecho y hasta la obligación de seleccionar de manera adecuada los programas y contenidos que van a ingresar a su hogar mediante la televisión.
En este sentido existen cierto tipo de contenidos televisivos que son producidos bajo el formato de los famosos "realitys shows", en los cuales se antepone el escándalo, la banalidad, el erotismo y la estupidez antes que el arte, el buen trato, la empatía o el AMOR, por lo menos en Bolivia el programa abanderado de lo mencionado es "Bailando por un Sueño", el problema de dicho show no es que se quiera disfrazar la codicia con un maquillaje de solidaridad, no creo que ningún telespectador sea tan ingenuo para pensar que el Bailando sea realmente un programa con un sentido social, tampoco los comentarios, alusiones o imágenes cargadas de erotismo en un horario inadecuado son para escandalizarse (los noticieros muestran peores cosas), lo que definitivamente debe ser motivo de preocupación es la banalidad con la que se trata el sufrimiento y el dolor ajeno.
La pobreza o el dolor no deberían ser tomados como medios para generar riqueza, no se puede llegar a utilizar el sufrimiento ajeno como anzuelo para conseguir audiencia, esto no sólo es una falta a la ética profesional que cualquier comunicador social debería tener, también trae consigo un serio daño a la concepción y construcción de conceptos tales como la empatía y la solidaridad, dichos valores en este tipo de shows quedan relegados a simples mensajes de texto o a los famosos likes dentro de las Redes Sociales.
La solidaridad o la empatía no se construyen luego de un baile (aunque este sea bien ejecutado), tampoco se dan como consecuencia de un erotismo que roza la vulgaridad y mucho menos luego de improperios e insultos por parte de un jurado hacia todo aquel que oce contradecirlo, la solidaridad y la empatía necesita de cierta interacción social, misma que debe estar libre de la influencia de la banalidad y la estupidez mediática.
Los sueños no se realizan prostituyendo al prójimo, utilizar su dolor y agonía para generar mayores ingresos económicos y mayor raiting denigra no solo al supuesto destinatario del sueño, también al telespectador que de manera consciente o no, se deja llevar hacia una relativización de valores, banalizando con ello el sufrimiento ajeno y a la vez dejándose utilizar como un simple objeto tonto para la obtención de ingresos.
El prójimo de esta manera queda relegado por la estupidez, la codicia y la banalidad, supuestamente este tipo de shows son propios de sociedades con mentes abiertas y de primer mundo, pues bien, si esto significa darle paso a la estupidez humana, en lo particular prefiero seguir con las enseñanzas de la "escuela antigua", donde el respeto y el buen trato eran sinónimo de madurez, empatía y AMOR.
Y ustedes que prefieren???
Marce Miranda Loayza