UN SALMO DE CONFIANZA

El Salmo 23 señala, "El Señor es mi pastor, nada me falta", sin embargo en reiteradas oportunidades esto no sucede, pues llegamos a sentir soledad, frustración, ansiedad, dolor, etc., pareciera que nos falta todo, el corazón se llena de dudas y hasta de rencor, la impotencia de no poder cambiar nuestra realidad nos arrastra hacía la duda y el rechazo a DIOS y su palabra.

Si al estar con DIOS nada nos falta, ¿porqué sentimos que nos falta todo?, la FE muchas veces nos queda corta y a pesar de evidenciar día tras día la presencia de su AMOR en nuestras vidas, seguimos exigiendo que DIOS obre según nuestros deseos y berrinches.

"El Señor es mi pastor, nada me falta", es una afirmación de FE, si estoy con EL nada me faltara a pesar de que falte todo, ahí interviene la palabra «confianza», confianza en DIOS y su palabra, suena duro y hasta injusto, pues pareciera que estuviésemos en éste mundo para sufrir, para ser probados hasta el límite para ver si somos merecedores del Reino de DIOS, pero no es así, estamos aquí para ser felices, aunque para alcanzar está felicidad debemos seguir los caminos que nos traza DIOS que por lo general son muy distintos a los nuestros.

Para llegar a este punto debemos llegar a comprender que el dolor es parte esencial de la vida, ya que sólo en el podemos entender lo frágiles que somos por una parte y por otra que sólo en DIOS podemos sobrellevar el dolor, no digo que este desaparezca, solo que se hace más llevadero, pues fiel es DIOS que no permitirá que seamos tentados con algo superior a nuestras fuerzas, ya que junto con la prueba DIOS también proveerá las soluciones.

Solo queda confiar y seguir confiando con esperanza y amor para que desde el fondo del corazón podamos decir "El Señor es mi pastor, nada me falta".


Marce Miranda Loayza




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