Pasar NAVIDAD en familia fue
desde muy pequeño una enorme bendición, sentir el olor a Picana que mi abuelita
comenzaba a preparar en “anafe” casi desde media mañana, armar el árbol y el
pesebre con mi mama, esperar la oración que siempre realizaba mi abuelita,
escuchar la Radio Panamericana y su famosa cuenta regresiva, oír los
chistes de mi tío, saborear el rico ponche de frutas que hacia mi tía, estar
todos juntos en la mesa, definitivamente eran bendiciones que en mi niñez y adolescencia
alumbraron mi vida.
Varios años después la mesa
se ha hecho cada vez más chica, primero partió mi abuelito (Tati), luego mi tía, después mi abuelita (Lolita), luego mi Tío querido (Tuqui) y recientemente mi Tio Pepe, todos ellos seguramente estarán en plenitud en la
Gloria de Dios, la mesa es cada vez más chica, quizás la Navidad será un poco distinta este
año, pero a la vez será la misma, si bien se sentirán las ausencias de mi
hermano y su familia que viven en el extranjero y la perdida de mis tíos que partieron a la Casa del Padre, la NAVIDAD seguirá siendo la misma, ese momento mágico en
que DIOS se hizo uno entre nosotros, naciendo en un humilde pesebre de Belén
entre forra y animales purificando así nuestra humanidad con amor y
sacrificio, tal vez se escurran algunas lágrimas por ahí, pero la NAVIDAD será
la misma, la FE consuela y fortalece el alma, el Niño JESÚS está por nacer y
con él todas nuestras esperanzas.
El mejor regalo de todos en
NAVIDAD es JESÚS, recíbanlo en familia con amor, esperanza y humildad, que los
regalos cedan terreno al milagro de la vida y a la bendición de estar juntos en
familia.
FELIZ NAVIDAD A TODOS….
Marce Miranda Loayza