
Lo que tiempo atrás era visto como faltas éticas e inclusive legales hoy son alentadas y hasta protegidas por normas y leyes, existe una corriente mundial empecinada en hacer ver al cristianismo y en especial a la Iglesia Católica como retrógrada e inquisidora la cuál se opone a éstas nuevas "ideologías" que supuestamente promueven igualdad, salud e inclusión.
Todas estas "corrientes modernas" que a simple vista aportan a la sociedad equidad y justicia traen consigo anti valores que a la larga causan el efecto contrario a lo que dicen promover, la vida que tanto se dice defender termina siendo atropellada con la interrupción del embarazo, la familia a la cual supuestamente se quiere proteger termina siendo vulnerada con uniones del mismo sexo, las guerras son avaladas en pro de la justicia, el hambre es ignorado y la solidaridad subestimada.
La FÉ en éste contexto es prescindible para las sociedades "open mind", pues la creencia en un DIOS que da vida contrasta con normas a morales y legales que promueven muerte, es justamente por esto que ser creyente hoy en día conlleva ir contra corriente, hablar de JESÚS en éste contexto es volver a ser profeta en NÍNIVE.
El relativismo es la gran tentación que debe salvar el creyente, si se relativiza el amor, El Evangelio y hasta a DIOS la FÉ deja de ser instrumento de salvación para convertirse en un mero compilado de ritos y rezos cuya única utilidad es justificar la desobediencia y la impunidad disfrazándolas de una fé más abierta "open mind". En una sociedad que predica muerte se juzga a todo aquél que promueva vida, se desvirtúa la fé, se la amolda sólo para domingo y se la guarda en el desván de lunes a sábado, convirtiéndonos así en creyentes de bolsillo, sin luz y sin vida.
Ir contra corriente implica predicar la PALABRA DE DIOS tanto con el ejemplo como con las palabras, nos toca ser profetas en un mundo plagado de oscuridad y muerte, DIOS nos llama al igual que a JONAS para predicar en NÍNIVE, en medio de la oscuridad somos llamados a ser luz, a dar vida en medio de la muerte, a ser creyentes a tiempo completo, anunciando la BUENA NUEVA y denunciando la cultura de muerte.
Es hora de ir contra corriente.
Marce Miranda Loayza