La humanidad esta
caminando un sendero altamente peligroso, donde la indiferencia y la inmediatez
la están llevando hacia su autodestrucción, pareciera que el dolor humano a
dejado de tener importancia, en este sentido no son pocas las personas que
creen que este dolor humano molesta y que no debiese mostrarse ya que con ello
lo único que se consigue es generar “polémica” innecesaria.
Las redes sociales
no solo tienen que cumplir la función de transmitir cosas vánales ni la de
mostrar selfies en diferentes poses, ya
que con ello lo único que se conseguirá es banalizar nuestra realidad, mostrar
lo que no es esta sociedad absurda, seria ocultar el Evangelio o pero aun,
fragmentarlo en frasecitas “rosas” que no expresan a cabalidad la profundidad
de los textos bíblicos.
Pareciera que
nuestra sociedad camina indiferente hacia el dolor humano, lo relativiza, banaliza, o simplemente lo ignora, prefiere
mostrarse alegre ante los avances tecnológicos, prefieren vivir en una burbuja donde
todo es bueno y lindo mientras gran parte de la humanidad se consume en la soledad,
la pobreza y la tristeza.
El Evangelio nos
obliga a no permanecer inertes ante tales atrocidades, la guerra, el suicidio,
el feminicidio, etc., no son solo síntomas de una sociedad enferma de odio e
indiferencia, son también signos de los tiempos, los cuales nos obligan a
repensar sobre el papel que cumple la Iglesia en la sociedad y por ende el rol
de todos los que se dicen a si mismos creyentes, no denunciar, no alzar la voz
en contra de la injusticia y el dolor por todos los medios posibles seria como
negar el evangelio y convertirnos en creyentes fríos, de congeladora, donde la
FE se convierte en una experiencia individualista sin cabida para el prójimo y
por ende sin empatía y solidaridad, en pocas palabras se transforma en una Fe
fría y sin sentido.
Una vida de FE coherente
nos obliga a seguir el camino de la cruz, el cual conlleva no solo el dolor y
el sufrimiento acompañado de la esperanza de la resurrección, también el que se
llame a si mismo creyente tiene que tomar partido, tiene que seguir la opción
que siguió CRISTO por los más pobres, por los débiles y enfermos, por las
mujeres y los niños, no se puede meter todo ese mensaje vital del Evangelio y
meterlo a la congeladora para quedarnos tan solo con lo más alegre y bonito,
ese no es el camino de la CRUZ.
Urge que el ser
humano deje de ver con indiferencia el dolor humano, urge que el Evangelio que
predico JESÚS no sea cernido, urgen voces que anuncien y denuncien por todos
los medios a su alcance la monstruosidad de una sociedad autodestructiva,
elitista e indiferente.
QUE ASÍ SEA….