Bolivia se encuentra sumergida en
un debate de sordos en lo referente al aborto,
por un lado se tienen a las agrupaciones "abortistas" las cuales dicen ser
defensoras de los derechos de las mujeres argumentando el elevado numero de
fallecimientos a causa de abortos mal realizados, para estas personas la causa
principal de estas decesos se centra en la Doctrina de la Iglesia Católica , la cual,
según estos grupos, oprime y coarta la libertad de elección y decisión que tienen
las mujeres sobre sus cuerpos, por el otro frente tenemos a los grupos
denominados “provida” los cuales tienen por convicción la defensa de la vida a
cualquier precio, no dudando para ello condenar a los mismísimos fuegos del
infierno a cualquier persona que se atreva a pensar diferente a estos, en medio
de esta pelea llena de marchas, artículos de prensa y guerra en las redes sociales se encuentras
miles de seres vivos a los que simplemente no los dejaron nacer y miles de
mujeres que a pesar de tener vida mataron a una parte de su corazón.
Para empezar es justo aclarar que
la Iglesia Católica
no ejerce coacción real alguna hacia las mujeres que piensan abortar por alguna
u otra razón, por una simple razón, ya no vivimos en el siglo 18, echar la
culpa a la iglesia de las muertes por abortos mal practicados es simplemente
ridículo, ya que esta no coacciona sino que da directrices morales que
pueden o no ser aceptadas por la sociedad, es más cabe resaltar que la moral y
la ética no son puntos importantes en la sociedad del siglo 21.
Del otro lado tenemos a los
grupos “provida”, los cuales defienden la vida inclusive a costa de otras vidas,
me explico, para estas agrupaciones la vida dentro del vientre materno es
sagrada y hay que defenderla a toda costa, hasta ahí todo bien, pero al momento
de lanzar adjetivos o juzgar a las mujeres que por alguna razón optaron por el
aborto son implacables, las condenan a los mismísimos fuegos del infierno, sin
siquiera preguntar cuales fueron las causas que las llevaron a este extremo, en
este sentido miles de mujeres (jovencitas en su mayoría) quedan con la puertas
del amor cerradas, con las parroquias cerradas, sin un lugar donde encontrar
consuelo y es que es muy fácil condenar, lo difícil es ayudar y escuchar.
En lo referente al aborto existen
dos victimas claras, la primera una vida que apenas esta empezando y la otra
las madres que por múltiples razones deciden abortar, ambas necesitan por igual
un tratamiento preferencial, la defensa a ultranza de la vida en el primer caso
y una adecuada ayuda y entendimiento hacia las mujeres que llegaron a abortar, es que es fácil hablar desde fuera en una sociedad machista al extremo donde
las mujeres son las que llevan no solo la carga física sino también psicológica
de un embarazo no deseado, mientras que el varón en la mayoría de los casos
simplemente prefiere esquivar cualquier tipo de responsabilidad ocultándose
bajo las faldas de sus mamas.
NO se puede opinar desde fuera,
la problemática del aborto no es un tema de salud pública o de debates pseudo
morales entre próvidas y abortistas, se trata de educación, de entendimiento y
responsabilidad en otras palabras de elevar el AMOR al nivel que le
corresponde y no verlo como una simple calentura que puede traer consecuencias
en especial para la mujer, también es hora de ver a esta no como si fuese un simple recipiente de semen del macho que simplemente la utiliza como un medio para
satisfacer sus hormonas.
Los debates sordos solo seguirán
trayendo consigo fetos asesinados y mujeres solitarias, es hora de empezar a
sacramentalizar el AMOR y no hablo solo de matrimonio, hablo de respetar
sentimientos y saber esperar.