EN LAS PROFUNDIDADES DEL SER HUMANO


“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca” (Lucas 6:45)


En las profundidades mismas del ser humano se esconden un sin fin de recuerdos y sentimientos los mismos que se encuentran guardados con mucho recelo, esto porque no todos los recuerdos escondidos en el corazón humano son gratos, lastimosamente muchos de ellos conllevan dolor y tristeza.

La dualidad entre dolor y felicidad siempre estará presente dentro de la vida del ser humano, sentir amor y dolor forma parte del crecimiento espiritual y emocional que la persona tiene que llegar a vivir para alcanzar una formación plena, muchas de estas vivencias son tan profundas que dejan una marca indeleble en los recuerdos y en los sentimientos, los mismos que de cuando en cuando afloran en determinadas circunstancias.

Los sentimientos van ligados a los recuerdos, van de la mano, esta “complicidad” es en verdad simple, una vez que el ser humano va experimentando diversos tipos de sentimientos del mismo modo este va generando recuerdos, ya que el primero siempre se dará en un determinado tiempo y espacio por tanto finitos, para luego ser guardados en el mundo de la memoria en donde pasan a ser infinitos.

En determinadas circunstancias son los recuerdos los que traen consigo un cúmulo de sentimientos y emociones que vuelven a aflorar, de manera que estos regresan al presente y son vividos con cierta intensidad, todos estos recuerdos coadyuvan a la construcción de la personalidad de la persona, pues estos van ligados al aprendizaje y a la enseñanza, es por esto que me atrevo a aseverar que el ser humano en el transcurso de su vida no solo aprende lo que se le enseña en la escuela o en la universidad, sino que primordialmente aprende a amar, a soñar, a ser solidario, es decir, aprende a vivir, lastimosamente de la misma manera también aprende a sufrir, a llorar y en algunos casos hasta odiar.

Todo esto nos refiere que el ser humano es en definitiva demasiado complejo para poder analizarlo solo desde determinado punto de vista, su nivel intelectual, físico-biológico y espiritual forman un todo del cual no puede llegar a desprender uno del otro, por ello las emociones y recuerdos que se van almacenando en el corazón y en la psique de la persona formaran parte de la personalidad de este de forma inquebrantable e inalienable.

Como vemos el ser humano es un mar profundo de sentimientos y recuerdos que muy pocos llegan a conocer en su totalidad, es por eso que se afirma que el hombre en su totalidad en si es un misterio.

Por todo esto debe cuidarse en demasía el corazón humano, debe pensarse bien antes de hablar cualquier improperio que pueda llegar a lastimar a alguien mas, no se debe jugar nunca con los sentimientos de las personas ni manipularlos para nuestro propio beneficio, se debe construir empatía y solidaridad, en lo que toca a los recuerdos que de cuando en cuando nos traen a la memoria distintas situaciones y vivencias del pasado, pues simplemente verlos como enseñanzas que nos da la vida, a eso se llama madurar, se llama vivir, se llama ser feliz.

“Por sobre todas las cosas guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. (Proverbios 4:23)



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