BULLYING, MÁS QUE UN SIMPLE JUEGO

El acoso escolar o bullying no es algo nuevo, me atrevería a afirmar que este nace junto con la invención misma de la escuela, esto porque el ser humano lleva consigo no solo la capacidad de amar o de ser solidario, también posee una inclinación inefable para humillar o menospreciar a su par, esta dualidad esta presente en el corazón humano siendo la propia persona la que en definitiva escoge el camino a seguir.

La escuela es el lugar donde en definitiva el niño comienza a tomar decisiones por cuenta propia, poco a poco decide el camino que va a seguir en la vida, obviamente estas decisiones están sujetas a diversos factores que influyen directa e indirectamente en el actuar del niño o del joven, de manera directa influye la vida familiar, lastimosamente vivimos en una época donde la familia ha sido devaluada hasta lo mínimo, es usual escuchar sobre familias “alternativas” o “disfuncionales” en muchos casos (no en todos) la violencia intrafamiliar ha sido presa de estas “familias”, desde abusos psicológicos hasta los físicos, lo cual hace que el niño crezca viendo como “normal” estas situaciones, de esta manera el niño  poco a poco va “ejerciendo” estos mismos despropósitos en el aula, lugar donde refleja de manera completa todas sus inquietudes y frustraciones, los factores indirectos que influyen en la personalidad del niño son los amigos, medios de comunicación y la intrenet, en los tres casos el niño o el joven presta más atención y respeto a estos que a la misma familia, esto obviamente por el escaso interés de esta hacia el menor, esto se da por una excesiva carga de trabajo, de estrés o simplemente de no importismo hacia el menor, padres que dan poca atención o reglas disciplinarias a sus hijos argumentando que viven en “otros tiempos” donde nada es absoluto y que es mejor ser “buena onda” en definitiva crían hijos huérfanos que en su búsqueda de atención comienzan a generar comportamientos complicados y agresivos.

Las consecuencias del acoso escolar trae tristes consecuencias tanto para el abusador como para la victima, en el caso del abusador este va desarrollando comportamientos desde delictivos hasta psicopáticos o sociopáticos, muchos de ellos van teniendo cierta imposibilidad de confrontar problemas sin el uso de violencia verbal o física o simplemente se les hace difícil la consolidación de relaciones sentimentales a largo plazo, en el caso de la victima esta sufre de depresiones intensas ligadas a cierto tipo de dolores abdominales los cuales suelen aparecer a la hora de regresar a la escuela o realizar alguna actividad en ella, la baja autoestima también es una constante lo cual en muchos casos a derivado en pensamiento suicidas.

No es fácil diferenciar el acoso escolar de un simple juego entre niños o jóvenes, pero si se puede tomar algunas pautas las cuales nos pueden llevar a detectar a tiempo una situación de acoso escolar, en el aula el educador debe poder llegar a diferenciar entre una simple broma a un acoso sistemático y repetitivo que a la vez nos llevara a distinguir entre el abusador y su victima, en el hogar es necesario que los progenitores construyan una relación de mutua confianza con sus hijos, conversar con ellos es infinitamente necesario para que estos encuentren en los padres el lugar perfecto para contar sus frustraciones, problemas y logros, recordemos que un niño solitario muchas veces es más factible de sufrir de algún tipo de abuso.

Lastimosamente no existen reglas ni recetas para solucionar el acoso escolar, obviamente la mejor manera es hablando, conversando, negociando, para ello la escuela o el colegio deben sentirse fuertemente comprometidos en la solución de este tipo de problemas, cosa que en muchos casos no sucede ya que para muchos educadores es más fácil desentenderse de estos problemas que atreverse a ponerle el cascabel al gato a esta realidad que cada día se agrava más en nuestros establecimientos educativos, las distintas reformas o modelos educativos no toman en cuenta de manera seria al bullying y otros simplemente prefieren “tipificarlos” como algún tipo de delito propenso a sanciones de índole judicial.

Como vemos el acoso escolar o bullying no es algo simple de tratar, es necesario buscar soluciones individuales, es decir caso por caso, ya que no todos los problemas ligados al acoso son iguales, solo de esta manera se podría dar un salto significativo en la solución a este problemas, pero mientras que los educadores y padres de familia se sigan centrando en la formación “humanística” de los niños y jóvenes olvidándose de la parte moral, psicológica y espiritual de estos, seguiremos teniendo victimas de abusos en las escuelas, seguiremos educando robots acostumbrados a repetir y repetir conceptos sin la capacidad de reflexionar y de sentir empatía por el prójimo.



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