POSTMODERNISMO, RELIGIÓN Y FE


Nuestra sociedad postmoderna no esta pasando por sus mejores momentos, por un lado el sistema capitalista ha abierto una brecha demasiado profunda entre los que tienen más y los que a diario van teniendo menos, nunca antes el antagonismo entre ricos y pobres fue tan grande y amargo ya que mientras las grandes empresas trasnacionales y alguno que otro clan familiar llenan sus arcas de poder y dinero, un gran porcentaje de la población va sintiendo a diario la dureza de una crisis económica mundial, ejemplo de ello son las manifestaciones a nivel generalizado de “INDIGNADOS” que hacen sentir su rechazo hacia un sistema capitalista que solo beneficia a algunos pocos.

Pero no solo es la crisis del sistema occidental, el Medio Oriente tampoco vive sus mejores momentos, los regimenes totalitarios de dicha región vienen cayendo en una especie de efecto domino bajo miles de denuncias de atropellos y violaciones a los Derechos Humanos, dejando al descubierto verdaderos genocidios cometidos por estos dictadores psicóticos los cuales increíblemente con la venia de organismos internacionales tenían varias décadas de abusos encima , para colmo lo único que hacían era llenar sus arcas y la de sus familiares con millones de dólares mientras que sus pueblos vivían casi en la extrema pobreza.

Como vemos la sociedad en su totalidad se encuentra disconforme, lastimosamente no hay soluciones a la vista, el mal llamado “socialismo del siglo21” instaurado en algunos países de Latinoamérica (Venezuela, Bolivia, Ecuador y Cuba) poco a poco van mostrando una visión totalitaria dictatorial, por ende el descontento popular va creciendo día a día, ya que las diferencias y brechas entre ricos y pobres lejos de achicarse van creciendo.

Las diversas manifestaciones de “INDIGNADOS” lastimosamente tampoco traen una solución consigo, alzan su voz en contra de un sistema capitalista decadente, lamentablemente en la mayoría de los casos lo hacen acompañados de actos violentos o vandálicos, quitando con ello legitimidad a sus justas sus exigencias.

Sensiblemente no se encuentra un norte claro para salir del peligroso túnel oscuro al cual esta entrando toda la humanidad, pareciera que de forma intencionada y anticipada se fue desterrando códigos morales y éticos no solo de nuestro diario vivir sino también en el ámbito educativo en sus distintas instancias, con ello el laicismo ya no funge como una opción valida sino como una especie de dictadura de conciencia la cual elimina todo lo relacionando con el prójimo y la vida en sociedad e impone un individualismo con altas dosis de soledad.

El postmodernismo lastimosamente es sinónimo de individualismo, ejemplo de ello son las famosas redes sociales donde las personas muy a pesar de tener miles de amigos en sus paginas de Facebook o Twitter, se sienten más solos que nunca sentados frente a su ordenador, vemos un sin fin de esfuerzos para sobresalir y ser reconocidos, para ello estas redes sociales caen como anillo al dedo, pues es ahí donde los hombres y mujeres postmodernos buscan ser reconocidas, lastimosamente este no trasciende en el tiempo causando con ello mayor frustración y desilusión.

Para aquellos que prefieren ver a una humanidad separada y sin luces pues viene como anillo al dedo la suplantación de la Religión y la Fe por un humanismo extraño que aísla las pretensiones sociales comunitarias por un individualismo que se ensalza a si mismo como el centro del universo dejando de lado a DIOS para tratar endiosarse, pareciera que ya no hay cabida para EL EVANGELIO o simplemente para EL AMOR y es que el mensaje de CRISTO 21 siglos después sigue molestando y cuestionando a aquellos que atropellan y discriminan a los pobres e indefensos. El ser humano al estar ausente de DIOS no puede llegar a satisfacer su necesidad de trascender y en ello muchas veces puede llegar a ser preso del caos y la desesperación, ejemplo de ello son las justas reivindicaciones que sugieren una buena parte de la sociedad, estas al estar ajenas a una visión teológica – trascendente caen en simples revueltas populares o saqueos vandálicos que no llegan a cambiar ni en lo más mínimo esta sociedad desigual e injusta en la que nos desenvolvemos.

Vivimos en tiempos difíciles donde el ser humano trata inútilmente de vanagloriarse creando sus propios códices morales con tintes individualistas y/o egoístas, se vive de falsas esperanzas dejando de lado a un DIOS que sigue paciente esperando que alcemos un poco la cabeza y redescubramos la belleza de su AMOR único lugar donde el ser humano podrá encontrar verdadera paz con justicia social y vigencia eterna.

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